A medida que el ser humano avanza en su edad, se va perdiendo calcio: se asimila menos y se expulsa. Sobre todo en las mujeres a partir de la menopausia y premenopausia, por la falta de estrógeno se acelera la pérdida de densidad osea.
Desde la adolescencia hasta los 25 años es la edad es donde se fija más calcio en el hueso, y es importantísimo que en esa edad se tomen alimentos ricos en este elemento químico, para que luego el hueso tenga muchas reservas porque en ocasiones los niveles de calcio son tan bajos que que el organismo tiene que recurrir a los huesos para satisfacer sus necesidades.
Los alimentos con más calcio son la leche, el quesos duros, el yogurt, el zumo de naranza, las habas cocidas secas, el tofu, el brocoli y breza, el pescado en lata (con espinas).
También un ejercicio físico regular hace que la formación osea y la pérdida osea se mantengan en equilibrio.
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